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Pachuca, Hgo.- El diputado local de Morena Víctor Osmind Guerrero Trejo sometió a consideración del pleno de la Diputación Permanente una iniciativa con proyecto de decreto por el que se retira del muro de honor del Congreso de Hidalgo las letras de José López Portillo 1982, expresidente de México, porque en ese espacio deben colocarse los nombres de personajes que sirvan de inspiración, lo cual no ocurre en este caso, porque con su protagonismo que rayaba en lo ridículo López Portillo dejó la presidencia hundiendo a México en una crisis económica de la que todavía está recuperándose.
En su exposición de motivos, el legislador local morenista indicó que, en el Congreso del Estado, en la máxima tribuna, nos flanquean los denominados “Muros de Honor” que son esos espacios destinados a colocar en letras de oro, efemérides, instituciones y personas que han alcanzado con su vida y acciones un lugar preponderante en la historia y que merecen ser recordados por haber llevado vidas ejemplares, por haber contribuido a la grandeza de nuestro País o del Estado de Hidalgo.
“Y es por esa razón que presento ante esta Legislatura, este proyecto de decreto, porque en los Muros de Honor del Poder Legislativo, deben colocarse personajes que nos sirvan de inspiración, para que cada vez que estemos frente a ellos, recordemos a quienes han sido y serán fuente de inspiración”, apuntó.
Dijo que sin más rival que su propio ego José López Portillo, llegó a la presidencia de la República el primero de diciembre de 1976, y con un protagonismo que rayaba en lo ridículo dejó el cargo, hundiendo a México en una crisis económica de la que todavía está recuperándose.
Recordó que, con más aires monárquicos que en aras de buscar una verdadera reconciliación con la izquierda, decretó la amnistía de presos políticos. Comentó que las voces prudentes de Carlos Tello, Reyes Heroles y Díaz Serrano que lo acompañaron al inicio de su gobierno, fueron desoídas y únicamente escuchó sus propios caprichos, en cambió empoderó al matón de Arturo “El Negro” Durazo como encargado de la seguridad capitalina, quien sumió a la Ciudad de México en una terrible corrupción, en la que proliferó el narcotráfico y la violencia.
Añadió que el nepotismo con el que cobijó a su familia y a gente cercana a él como Carlos Hank González, alcanzó niveles inusitados, se encargó de desincentivar la planta productiva mexicana; asimismo, dijo que durante su periodo de “desgobierno” la deuda exterior aumentó de 26 millones a 80 mil millones de dólares. La inflación se disparó y el tipo de cambio pasó de 22 pesos por dólar en 1977 a 70 pesos en 1982.
Recordó que López Portillo acuñó frases como: “Tenemos que acostumbraros a administrar la abundancia”; “Ya nos saquearon, México no se ha acabado, ¡No nos volverán a saquear!”. “A los desposeídos y marginados si algo pudiera pedirles sería perdón por no haber acertado todavía a sacarlos de su postración”
Señaló que en la recta final de su gobierno, José López Portillo mandó a edificar con dinero público y mediante tráfico de influencias, un conjunto de mansiones, conocido posteriormente como “La Colina del Perro”, emblema de corrupción e impunidad.
“En efecto la historia no puede y no debe borrarse, pero siendo consecuentes con la relevancia que implica colocar en letras de oro, en los Muros de Honor de este recinto, el nombre de personajes e instituciones, que por su honorabilidad merecen un lugar en estos espacios, debemos retirar el nombre de este individuo”, concluyó.
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