Triunfan los Hermanos Alegría

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Quinta generación de familia circense
Por Juan Sabino Cruz
EMILIANO ZAPATA, Hgo.- Los hermanos Alek Figo y Alejandra Geraldine de apellido Alegría Ramos ya cosechan el éxito que les proporciona su sacrificio, dedicación y disciplina para practicar y ejecutar sus números de trapecio y malabarismo, si, tal y como desde hace cinco generaciones han triunfado sus ancestros.
Alek Figo y Alejandra Geraldine son auténticas figuras del circo “Franzatti” que hace una gira por Hidalgo, sin embargo, recorre todo México, Centro y Sudamérica, su éxito no los hace perder el piso, antes y después de ejecutar sus números, sin demora, se suman como obreros para apoyar a sus compañeros con miras a que la función sea un éxito y agasajar al público.
El día 6 de agosto, EL REPORTERO fue invitado a la función de las 18:30 horas, en el auditorio ejidal de Emiliano Zapata, se observa a todo el personal muy activo, afinan detalles, se abre el telón y la función debe comenzar.
Entre todos, sin duda, pasa desapercibido el joven Alek Figo, tiene solamente 17 años, el mismo dirige las maniobras para instalar, nivelar, fijar y asegurar su trapecio en las alturas, lo hace con minucioso cuidado, de ahí depende el éxito de su presentación y su propia vida.
Sale al escenario con traje rojo y siluetas de fuego, Alek Figo saluda al respetable público, rápido sujeta una cuerda que pende de las alturas, trepa hasta alcanzar su trapecio, se sienta, parece la postura más cómoda en las alturas, sin embargo, se escucha música de suspenso, aumenta el peligro, el artista se pone de pie y se suelta de las cuerdas, un movimiento en falso podría ser fatal.
Alek quiere más adrenalina y prender a su público y, sin lugar dudas, lo logra cuando brinca sin sujetarse para quedar parado en un solo pie, sus manos extendidas le sirven de barra de equilibrio, parece que trastabilla, no pasa nada, todo está bajo control y los asistentes al circo emocionados.
La función continúa, el hermano menor de los Alegría aumenta el grado de dificultad, ahora se sienta sobre una silla que únicamente tiene las patas traseras puestas sobre el trapecio, cuando logra controlar el equilibrio se suelta de las cuerdas y se gana una carretada de aplausos del público que es testigo del peligro acto.
Instantes después, repite la escena, solamente que ahora con las patas de la silla cruzadas, es decir, una trasera y una delantera puestas sobre la barra metálica del trapecio y en las alturas.
Así concluye el emocionante número, engancha la silla a una cuerda que la sube a lo más alto de la carpa, el público agradecido reconoce su atrevida presentación y lo colma de aplausos. Ha sido un exitoso día.
HEREDÓ EL MALABARISMO
Alejandra Geraldine Alegría, de 19 años, dio a conocer que al igual que su hermano Alek Figo, nacieron en el circo, siempre han vivido en el circo, así que les encanta la vida circense.
Dijo que su gusto por el malabarismo lo heredó de sus padres, su papá es malabarista y su madre le ayuda, así que desde los ocho años empezó a practicar y, ahora, quiere ser la mejor.
La joven sale a escena con una vestimenta que brilla, parece llena de luces, la artista arranca suspiros de los jóvenes, sin embargo, guardan silencio cuando se para sobre una barra metálica y lo difícil lo hace verse sencillo.
Deja botar cuatro pelotitas blancas que empiezan a girar al ritmo que les imprime.
Pasados algunos minutos se detiene y hace su aparición otro joven y destacado malabarista que usa discos y sombreros, después, regresa Geraldine, imprime mayor dificultad a su número con cinco, luego con seis y hasta a llegar a siete pelotas en movimiento con las que demuestra su destreza y gran habilidad en el arte del malabarismo.
El público la halaga, agradece la cantidad de aplausos, se retira al camerino para cambiarse y regresar a apoyar en los números al resto de sus compañeros.
ESPERAN SER LOS MEJORES
Los hermanos Alegría Ramos comentaron a EL REPORTERO que es su vida el circo, les encanta salir a escena, pero también apoyar a todos sus compañeros porque todos son grandes artistas que cada día ponen su menor esfuerzo por llevar alegría y hacer sonreír al público.
Alek Figo, expuso que su amor al circo lo heredó de su padre y abuelo, el primero es un gran malabarista y domador que se mete a las jaulas con tigres, llamas, camellos y todos los animales, su abuelo un gran trapecista.
Afirmó que ya sufrió una caída desde siete metros, en lo alto del trapecio, en principio sintió miedo, días después se volvió a trepar, sintió la adrenalina y sabe que jamás lo volverá a dejar, es su vida.
Los hermanos alegría señalaron que se siente muy bonito recibir los aplausos del público, ver sus sonrisas, por eso a diario se levantan muy temprano para ensayar, estar bien preparados y cada día ser mejores, así esperan triunfar por el mundo.

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