*Los ciclones tropicales se clasifican principalmente según la velocidad de sus vientos sostenidos en tres categorías: depresión, tormenta y huracán
Mineral de la Reforma, Hidalgo. – Aunque los ciclones tropicales, ya sean depresión, tormenta o huracán, pueden
impactar negativamente en zonas vulnerables al tocar tierra, también cumplen una función clave en el equilibrio de los
ecosistemas, explicó Fernando Salas Martínez, climatólogo del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI) de la
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
El profesor investigador, adscrito al Área Académica de Química, explicó que estos fenómenos meteorológicos tienen un
papel esencial, ya que ayudan a liberar la energía acumulada en el planeta, disipan el calor, distribuyen los
contaminantes, regulan la temperatura global, contribuyen a mitigar la sequía, pero sobre todo, generan lluvias que
llenan presas, recargan los mantos acuíferos y limpian ríos y arroyos.
Además de los beneficios, el paso de estos fenómenos por el medio acuático también genera importantes efectos
ecológicos positivos: contribuyen a la renovación del agua oceánica, dispersan organismos nocivos como la marea roja,
oxigenan el océano y revitalizan los arrecifes de coral al reducir el estrés térmico, salino y biológico, favoreciendo así el
equilibrio y la salud de los ecosistemas marinos.
El especialista Garza explicó que, de acuerdo a los comentarios de la comunidad científica internacional, el cambio
climático propiciará huracanes de mayor categoría y con mayor frecuencia, es decir, en lugar de tener solo tres
huracanes fuertes por temporada, podrían presentarse cinco o más, pero con una fuerza considerablemente más alta a
lo que se conoce, aumentando así los riesgos y daños.
“Si no tuviéramos este tipo de fenómenos, tendríamos un planeta totalmente colapsado, porque las sequías se
prolongarían, las temperaturas no bajarían y los bosques no podrían regenerarse. Los sistemas tropicales no son algo
negativo, el problema es que estamos demasiado expuestos a este tipo de eventualidades porque muchos
asentamientos están ubicados en zonas de alto riesgo y existe una mala planeación”, dijo.
De esta manera, refirió que las personas deben volverse más resilientes para disminuir su vulnerabilidad, pero también
atender oportunamente los llamados de las autoridades, ya que se ha observado que muchas pérdidas humanas
ocurren porque la población no sigue las indicaciones de Protección Civil, no evacúa a tiempo u omite otras acciones
preventivas.
“Existen modelos matemáticos a gran escala que dicen cuándo se puede formar un ciclón, cómo se va a desarrollar y
hacia dónde podría dirigirse. Pero aunque existen modelos predictivos, no tenemos la capacidad de evitar que se formen
estos fenómenos”, concluyó el climatólogo Garza.
