Reunión de extrabajadores de EL SOL DE HIDALGO
Por Juan Sabino Cruz
PACHUCA, Hgo. – Un grupo de extrabajadores de la época de oro del diario EL SOL DE HIDALGO, por décadas bien dirigido por Don Fausto Marín Tamayo (q.e.p.d.), se reunió la mañana de ayer para compartir el pan y la sal en el tradicional restaurante de Los Baños, ubicado en la calle Matamoros de Pachuca, casi frente al emblemático y descuidado Reloj Monumental de la capital hidalguense.
El reencuentro fue excelente, sin protocolos, ni discursos tediosos. David Ballesteros, Roberto Ramírez y Pedro Fredy Ángeles se encargaron de dar una cálida bienvenida a mujeres y hombres; así, todos, poco a poco, se fundieron en abrazos entre sonrisas. Había alegría por volverse a ver.
Cada quien buscó su lugar en la mesa, sin distingos. Se sirvieron modestos pero exquisitos platillos. Marco Antonio Rodríguez, exobrero de la empresa DINA de Ciudad Sahagún, dio prioridad a contar las anécdotas que vivió como uno de los primeros reporteros de EL SOL DE HIDALGO. Trabajó al lado del decano y gran amigo ya extinto, Don Antonio Santos Mendoza (El Pony).
En la mesa, mientras servían los alimentos, cada uno de los presentes se enfrascaba en pláticas con el compañero cercano. Era un ambiente de gran camaradería. Las palabras recurrentes eran: “¿Te acuerdas de…?”, dejando clara la frase que dice: “Recordar es volver a vivir”.
Todos disfrutaban sus diálogos. Ángeles Monzalvo, al lado de Malena –ambas capturistas en El Sol de Hidalgo–, compartía recuerdos junto con Olga León, exreportera de deportes. Alma Delia Paz hablaba de sus experiencias profesionales con Jesús Vera, Paco Curiel y la correctora Isela Escorza. René Acuña, todavía jovial, no olvidó su época como excelente fotógrafo; se apresuraba a captar imágenes y no perder detalle de los compañeros.
Desde Tulancingo llegó un digno representante en la persona del buen amigo Lauro Perea. Claro que faltaron muchos, como Rodolfo –llamado por sus amigos El Gallo–, Rosario Retiz, Guillermo Michel Arteaga Moreno, Jesús Moreno, Óscar y otras excelentes amistades.
En realidad, no importó en qué área hayan prestado sus servicios. Todos, desde su trinchera, con honestidad y eficiencia, contribuyeron a convertir a EL SOL DE HIDALGO en el diario más importante. Presumíamos una venta diaria de más de 35 mil ejemplares, reitero: esto bajo la dirección de Don Fausto Marín Tamayo.
Claro que no estuvimos todos en la reunión. En el año 2000, cuando un servidor fue Secretario General del Sindicato Único de Trabajadores de la Compañía Periodística de El Sol de Pachuca, la plantilla de personal era de aproximadamente 150 compañeros.
Muchos de los no presentes ya se nos adelantaron un poco en el camino sin retorno, como es el caso de mi querido hermano Pedro Pablo Cruz Pelcastre (q.e.p.d.). Hay otros que no han sido localizados; unos más, por sus actividades, no pudieron asistir. Pero ojalá en el próximo encuentro estén presentes el amigo de todos: Carlos Sevilla Solórzano, Julia Esther Soto Pérez, Emma Ordoñez, Cynthia, Guadalupe Islas, Claudia Guzmán, José Luis Rico, Rubicel Peales, Aída Suárez, Julio Pérez, Carlos Madariaga, Arturo Manzano y todos los que orgullosamente podemos presumir que fuimos parte de la gloriosa época de oro de El Sol de Hidalgo.