Aunque muchos se han recuperado de esta enfermedad, algunos pacientes aseguran que desarrollaron un nuevo síntoma llamado parosmia. Es decir, su percepción del olfato es distinta al detectar que, durante el contagio, los olores son muy desagradables, incluso con alimentos “deliciosos”.
De acuerdo con información del doctor Richard Orlandi, médico otorrinolaringólogo y profesor de la Universidad de Utah, la parosmia puede ser causada por una serie de cosas como infecciones respiratorias, convulsiones e incluso tumores cerebrales.
A lo largo de la pandemia, “hemos observado que más pacientes recuperados de COVID informan ahora de este síntoma”, señaló y admitió que hasta el momento se sabe muy poco sobre esta secuela y su relación con el Sars-Cov-2.
“Puede no parecer tan urgente como otros síntomas a largo plazo de COVID, como los problemas cardíacos, la depresión y las enfermedades respiratorias. Sin embargo, los médicos dicen que puede ser problemático”, alertó.
Por ello, advirtió que, dependiendo de la gravedad del síntoma, esta afección puede ser desde una molestia hasta un síntoma frustrante e inductor de ansiedad.
A pesar de que aún no hay información concreta sobre este padecimiento, estudios recientes señalaron que la parosmia puede durar entre tres y seis meses.
Rehabilitación cardiorrespiratoria, importante para las secuelas del COVID
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de la Clínica de Fisioterapia de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de León, tiene un proyecto cuyo objetivo es ayudar a las personas a superar los estragos del COVID.
Sobre la sensación de falta de aire las especialistas de la institución comentaron “Hay una reducción en su capacidad respiratoria, por la cual nosotros trabajamos con ellos para aumentar sus volúmenes respiratorios’’.
Explicaron también que los músculos torácicos son los más afectados porque se pierde fuerza al cambiar patrones respiratorios cuando las personas se contagian de COVID.