*Suma la UAEH 13 patentes
*Obtiene Autónoma de Hidalgo patente en cotitularidad con la BUAP
Pachuca de Soto, Hidalgo. – Ana María Herrera González, investigadora del Área Académica de Ciencias de la Tierra y los Materiales de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), creó un nuevo material a partir del tallo de brócoli para obtener carbones activados y purificar aguas residuales, el cual ya está patentado.
La patente que obtuvo la científica de la Autónoma de Hidalgo es en cotitularidad con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) a través de la investigadora Alejandra Alicia Peláez Cid.
Durante una entrevista en su laboratorio localizado en la Ciudad del Conocimiento, señaló que el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) protegió el método para la obtención de materiales absorbentes a partir del tallo de brócoli.
El producto que generaron es un sólido poroso de alta área superficial, “estamos hablando de 1034 metros cuadrados por gramo, he ahí la importancia de este tipo de materiales. Producir carbón con un deshecho agroindustrial es muy rentable”, mencionó.
“Lo que se busca utilizar es desechos agroindustriales. Lo que queremos es darles valor agregado a los deshechos, que son polímeros naturales, de donde se obtuvo un tipo de material especial para hacer purificación de aguas residuales”, expuso la investigadora.
La aplicación de este trabajo es principalmente en la industria, aunque también puede usarse de manera agrícola para el riego de cultivos. “Se utiliza para remediación en general de cualquier agua contaminada”, recalcó acerca de la patente aunque advirtió que no es para consumo humano directo pues debe pasar por otro procedimiento para potabilizarlo.
Indicó que la ventaja de los carbones activados es que no sólo quitan impurezas inorgánicas, como metales, también quitan purezas orgánicas como los colorantes textiles, además de incrementar la calidad del agua. “Me refiero a que mejora la demanda química de oxígeno, quita sólidos suspendidos, sólidos disueltos; es un material que por su naturaleza permite no sólo quitar cosas visibles”, declaró.
Acerca de los usos del carbón activado, Ana María Herrera explicó que también puede utilizarse para eliminar aceite de la cocina. “El estudio de estos es muy amplio, nosotros sólo encontramos uno de tantos”, apuntó.
Detalló que a partir de 2013 se juntó con la investigadora Alejandra Peláez para investigar deshechos. El primero que estudiaron fue la cáscara de tuna para hacer carbones activados, además de usar el recubrimiento de esta fruta del nopal sin activar como absorbente, uno de los artículos más citados que tienen.
La especialista en polímeros, sustancia química que resulta del proceso en el que una molécula simple iniciadora o endurecedora activa a otra para comenzar una reacción en cadena que forma al final una molécula de gran peso, refirió que la idea de hacer este trabajó surgió a raíz de considerar que Puebla es textil e Hidalgo es minero, por lo que buscaron un compuesto que permitiera mejorar su proceso y reutilizar.
Antes de finalizar la entrevista, la investigadora resaltó también el trabajo de los estudiantes que han colaborado con ella en este y diversos proyectos de investigación, pues “los sólidos conocimientos son los que hacen un trabajo exitoso”.