Gentrificación, un fenómeno que afecta a la sociedad

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*La académica Sonia Bass Zavala remarcó que los efectos de la gentrificación no solo afectan en el sector inmobiliario, sino también en la transformación de las actividades económicas, sociales y culturales

Pachuca de Soto, Hidalgo. – Sonia Bass Zavala, profesora del Área Académica de Sociología y Demografía de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), remarcó que la gentrificación o “aburguesamiento” es un fenómeno negativo que no debe ser considerado sinónimo de la renovación urbana.

“Es un concepto global que observamos en Estados Unidos, España y Alemania donde se lleva a cabo un desplazamiento de la población de áreas con ingresos socioeconómicos bajos y que están cercanas a centros urbanos o turísticos”, declaró.

La docente Garza explicó que el concepto fue empleado por primera ocasión por la socióloga alemana Ruth Glass en 1964, cuando realizaba estudios de planeación y urbanismo en los barrios de Londres. Ella documentó el cambio paulatino que sufrieron áreas céntricas y obreras inglesas, las cuales fueron remodeladas por la clase media alta, lo que provocó el alza de las rentas, forzó a los habitantes originarios a desplazarse y permitió que la zona fuera ocupada por personas con mayores ingresos económicos.

La académica universitaria subrayó que la renovación urbana busca, a través de la inversión pública o en algunos casos privada, la rehabilitación de los espacios públicos y las colonias para mejorar la calidad de vida de la población originaria y flotante, de manera que en este caso no existe el desplazamiento de los habitantes.

La doctora Bass Zavala apuntó que los efectos de la gentrificación no solo afectan en el sector inmobiliario, sino también en la transformación de las actividades económicas, sociales y culturales.

Por ejemplo, los restaurantes y cocinas de comida tradicional mexicana ubicadas en zonas con migrantes digitales tienen la opción de modificar sus servicios de alimentos para satisfacer las nuevas necesidades de los pobladores, pero al mismo tiempo dejan a un lado a los habitantes originales, por lo que otra elección que tendrían los negocios es desplazarse a otras zonas más baratas o cerrar por el alza de precios y la baja demanda.

A su vez, la docente Garza destacó que entre las principales quejas de los pobladores originarios es la falta de convivencia social generada a partir de la llegada de los nuevos habitantes, a quienes señalan de no mostrar interés por aprender el idioma de donde residen y crean micro mundos donde no existe la interacción social que implican los grandes centros urbanos.

Por otra parte, Sonia Bass mencionó que el desplazamiento de la gente a las periferias de la ciudad, donde las distancias para trasladarse son de dos horas o más, trae consigo afectaciones a las actividades cotidianas, desgaste físico y un deterioro en sus ingresos que al mismo tiempo dejan al descubierto las carencias de estas zonas en donde los servicios básicos son deficientes o inexistentes.

“Si estamos hablando sobre un derecho a la ciudad, lo perdemos, no hay una equidad porque finalmente solo se ve la parte económica. ¿Quién va a ganar?, pues en este caso el capital inmobiliario, los grandes inversores de la mejora”, enfatizó la académica del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu).

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