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*En México se ha “romantizado” la pobreza a través de las fotografías que la retratan
Pachuca de Soto, Hidalgo. – Al impartir la conferencia magistral “La revuelta de las imágenes: entre populismo y elitismo”, en el Festival Internacional de la Imagen (FINI) 2019, el investigador Iván Ruiz sostuvo que los retratos contribuyen a construir y destruir estereotipos.
En el Salón de Actos “Ingeniero Baltasar Muñoz Lumbier”, de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Iván Ruiz, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizó una exploración del trabajo de diversos fotógrafos mexicanos que han captado las clases bajas y altas de la sociedad.
Durante la charla, declaró que al analizar las fotografías encontró que mientras los retratos de las clases altas eran posados o de estudio, las de clases bajas eran tomadas de las calles con una película en blanco y negro, en el que se captaba una acción que lo caracterizaba, algo que ahora no sucede de esta forma.
“Su estilo era una exploración poética de la vida india y campesina, una aberración que es “romantizar” la pobreza, en vez de abordarlo de manera crítica”, manifestó al hablar sobre las imágenes que documentaron a quienes vivían en la marginalidad a mediados del siglo pasado, cuando predominaron obras de artistas que fueron contratados para registrar ese fenómeno.
Después de exponer algunas imágenes de Héctor García y Manuel Álvarez Bravo, que a su vez tuvo como discípula a la icónica Graciela Iturbide, quienes fueron llamados a documentar la pobreza, presentó la obra de Pedro Slim, fotógrafo que decidió tomar a gente de la calle y hacerles un estudio, lo que rompió con la idea de que eso era parte de la burguesía.
Luego, mostró el trabajo sobre el subcomandante Marcos que hizo Ricardo Trabulsi, quien generalmente colaboraba en revistas de moda. Señaló que esta serie posada fue realizada en el Rincón Zapatista de la Colonia Obrera, en la Ciudad de México, diferente como normalmente se tomaba al personaje: durante los mítines del movimiento zapatista.
Al analizar las imágenes de Yalitza Aparicio, protagonista de la película “Roma”, dijo que la idea de las clases sociales se descoloca frente a este tipo de representación, “ante nuestra propia idea de racismo y clasismo”.
Agregó que después de estas reflexiones, “las imágenes contribuyen a construir y destruir estereotipos. En México, el linaje fotográfico es la estética del blanco y negro, que vería hasta cierto punto explotado y afectado”, comentó.
Indicó que actualmente se ve la explosión del color, el cual representa un estallido que es la recolocación de las fotografías. “Ahora tendemos simplemente a ver la imagen, pero ésta tiene un fondo de procedencia, y lo más importante, tiene relación con otras; las imágenes no actúan de manera individual, actúan en una relación compleja con otras que en algunas ocasiones son diálogos que se pueden leer”.
Recalcó que contrario a lo que presenta el artista argentino Marcos López en su obra, en México no hay una línea de producción que trabaje conceptos de mestizaje, salvo Maya Goded, quien hizo una serie sobre los grupos afromexicanos de las costas de Guerrero y Oaxaca.
“Tal y como son las cosas, nunca podríamos ver, pero sí hay aproximaciones a lo real. Por una parte hay trata de personas, hay diferentes problemas que aquejan a la sociedad actual, hay feminicidios, ¿cómo se aproxima un fotógrafo documental a este tema? Lo que hacen es no abordar directamente la crudeza del hecho del feminicidio, sino un efecto el cual puede ser la afección que tiene la familia, esta podría ser una manera de aproximarse. Cuesta mucho trabajo cuando los temas no son de una belleza estética, por ello se sugiere mantener una distancia”, refirió.
Antes de finalizar su exposición, reconoció el trabajo de fotoperiodistas, quienes buscan otro tipo de retrato.
